Los hombres que dirigen los seis partidos que competirán en 2009, no quieren comprometerse con las mujeres. Con las mujeres que piden una participación del 40% en candidaturas. En un contrapunto con los dirigentes, El Faro explora su grado de compromiso ante 11 temas sensibles.
Por El Faro
cartas@elfaro.net
Cuando Gloria Salguero Gross y otro grupo de mujeres presentaron hace un año una petición de reformas al Código Electoral, tenían el sueño de que se estrenaran en las elecciones de 2009. Pero pasó el año y el pedido de apartar para las mujeres un 40% de las candidaturas, no prosperó. Lejos de eso, observarán situaciones como que el partido más añejo de El Salvador, el PCN, anuncia que apenas una de cada 10 de sus candidaturas estará encargada a mujeres.
Ese es la perspectiva inmediata para uno de 11 temas que El Faro exploró con los principales dirigentes de los partidos políticos. ¿Qué pasa por la mente de estos hombres cuando se habla de candidaturas independientes? ¿Qué compromisos asumen sobre la publicación del patrimonio de sus candidatos y candidatas? Hay de todo, desde quienes dicen que están listos para mostrar al mundo qué bienes tienen sus cuadros, hasta aquellos que argumentan que no pueden obligar a otros a hacer lo que no quieren.
Esta exploración permite no solo tomar el pulso a intenciones personales, sino también al carácter y liderazgo que estos hombres tienen en sus partidos, ya que hay quienes no saben qué responder cuando se les demanda que asuman una posición concreta. “No puedo obligar a otros”, dice Rodrigo Ávila, presidente de Arena y candidato presidencial.
Reveladoras son también las palabras del coordinador general del FMLN, Medardo González, quien sin pudor sentencia que la política no es un ejercicio intelectual y que, por lo tanto, no está de acuerdo con promover una reforma que permita las candidaturas independientes.
Durante esta visita a 11 lugares de discusión, los dirigentes se encuentran solo en tres: uno es en asumir el compromiso de inhibir en sus seguidores cualquier intención de acudir a la violencia ante los resultados electorales. Otro es, rechazar las pretensiones de cuotas de la Asociación de Mujeres Parlamentarias y Ex Parlamentarias. Esta organización presentó a la Asamblea Legislativa en septiembre de 2007 una propuesta de reforma al Código Electoral. El tercer punto de unanimidad es prometer (con algunos matices) un rechazo a cualquier intento de aumento salarial para funcionarios de elección popular y para ministros. Como para no recordar el aumento que este año intentaron recetarse los diputados.
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